Dibujos, aves y canciones: una jornada inolvidable en el mar con AMADIBA

El pasado 13 de abril, zarpamos una vez más a bordo del Galaxie, esta vez con un grupo muy especial de AMADIBA. Fue una de esas jornadas que se quedan grabadas, no solo por el buen tiempo o la belleza del mar, sino por la risa compartida, los descubrimientos y la conexión real entre las personas y el entorno.

Desde el primer momento, la energía fue contagiosa. Los jóvenes vivieron la navegación como una aventura completa: dibujaron peces y mamíferos marinos, observaron aves con prismáticos —incluyendo gaviotas y virots— y escribieron después sus nombres y características en sus agendas, como pequeños científicos del Mediterráneo.

Con el hidrófono, escucharon los sonidos del fondo marino y se sumergieron —sin mojarse— en ese mundo invisible que vive bajo las olas. También hubo momentos para cantar, compartir canciones, escuchar música, y descubrir que el mar también se puede sentir a través de los sonidos

Después, llegó el momento de parar, comer todos juntos en cubierta y disfrutar del mar con calma, como si el tiempo se detuviera. Compartir la comida en grupo, al aire libre y con vistas infinitas, fue otro regalo más de esta jornada completa y bien organizada, en la que todo fluyó con naturalidad.

El equipo educativo nos contó que los días posteriores no dejaron de hablar de la salida, reviviendo los momentos al ver las fotos, recordando lo aprendido y preguntando cuándo sería la próxima. Ese eco que queda después —esa huella emocional— es lo que da sentido a cada jornada como esta.

Gracias al equipo de AMADIBA, al capitán y tripulación del Galaxie, y a todos los actores que impulsan estas jornadas haciendo posible que el Mediterráneo se abra a quienes lo viven con más intensidad. Porque a veces, todo lo que se necesita es eso: un barco, buen tiempo, unas canciones… y muchas ganas de mirar el mar con ojos nuevos.